El Gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, es tabasqueño. Pero un día se fijó como meta llegar a ocupar el Poder Ejecutivo de un estado que lo adoptó en 1995. Y lo logró, afirman quienes lo conocen. Es el perredista con más poder detrás de “Los Chuchos” y, paradójicamente, mientras Jesús Zambrano Grijalva, presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y miembro de esa “tribu”, llama a la población a firmar la solicitud para realizar una Consulta Popular en 2015 y echar abajo la Reforma Energética que modificó la Constitución Mexicana y sepultó la expropiación petrolera del ex Presidente Lázaro Cárdenas del Río, Graco apoya con todas sus fuerzas la reforma del Presidente priista Enrique Peña Nieto sin que suceda nada al interior de su partido. El dirigente nacional perredista simplemente calla cuando se trata de hablar del mandatario de Morelos. Sus ex aliados lo definen como un hombre inteligente, pero sediento de poder y capaz de aliarse con quien sea con tal de obtenerlo. Es de rencores y venganzas, dicen. Persigue a sus detractores, quienes aseguran que “si no estás con él, estás contra él”. Es «contradictorio, voluble y simulador» y, sobre todo, tiene aspiraciones elevadas: quiere ser candidato a la Presidencia de la República en 2018, pero no para ganar, sino para negociar con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) la candidatura. Sus cercanos bromean pensando en lo bien que la debe estar pasando Graco como Gobernador. Para realizar esta investigación, SinEmbargo solicitó una entrevista con Graco Ramírez Garrido Abreu en cuatro ocasiones, por diferentes vías, sin una respuesta afirmativa.
Ciudad de México, 26 de junio (SinEmbargo).– “Yo definiría a Graco como un hombre del poder. Él está con quien tiene el poder y si ahorita estuviera en el poder Felipe Calderón [Hinojosa], estaría con él; Graco fue quien le sacó adelante los votos de la fracción perredista en el Senado a su Reforma Energética y ahora está puesto de tapete con [Enrique] Peña Nieto. Graco no se conflictúa con el poder, es un buen aliado de él y es también el autor de la debacle del PRD, es el ‘Chucho’ mayor y está esperando que Carlos Navarrete sea el presidente del partido para que lo nombre candidato a la Presidencia de la República en 2018, con sus alcances, sí, para venderle la campaña al PRI [Partido Revolucionario Institucional]”.
Así define Gerardo Becerra Chávez de Hita, vocero de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), al Gobernador de Morelos, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu. Gerardo Becerra es un ex aliado del mandatario y, actualmente, uno de sus principales dolores de cabeza.
“¿Un perfil de Graco Ramírez? Entonces escribirá usted sobre Maléfica”, dice Becerra en tono jocoso y suelta la carcajada.
En 1998, Becerra Chávez de Hita y Graco Ramírez lucharon juntos para sacar del poder al ex Gobernador priista Jorge Carrillo Olea. De hecho Ramírez Garrido Abreu, quien apenas coqueteaba con la política morelense, buscó a Chávez de Hita para empezar “hacer política en Morelos”.
Gerardo y Graco se conocieron en 1996 cuando éste último se unió al Frente Ciudadano Morelense, la organización que antecedió a la Coordinadora que logró sacar a Carrillo Olea.
“Se acercó a mí y me dijo que quería hacer política en Morelos y así empezamos. Yo conocí a Graco en 1996 cuando su esposa Elena [Cepeda de León] nos invitó a mi esposa y a mí a una cena. En esa ocasión Graco me cayó gordo porque llegó pasado de copas y un poco intolerante, no estoy diciendo que sea un borracho, sólo es una anécdota. En esa ocasión no platiqué con él. Luego me lo presentaron en un evento de Cuauhtémoc Cárdenas [Solórzano] y ahí fue cuando se me acerca y platicamos. Yo en ese entonces formaba parte de la Comparmex [Confederación Patronal de la República Mexicana]”, recuerda.
Juntos lanzaron consignas en contra de Carrillo Olea, se hicieron amigos y llevaron a Olea al final de sus días como Gobernador. Hoy Gerardo Becerra le organiza marchas multitudinarias en las calles de Cuernavaca y se le planta con bocinas y altavoces al Gobernador Graco Ramírez en el Palacio de Gobierno. La historia se repite, pero ahora el blanco de Becerra es quien alguna vez fue su amigo y compañero de lucha.
El rompimiento entre ambos se derivó de una traición: cuando Carrillo Olea dejó el poder vacante, el perredista apoyó a otro candidato a ocuparlo, distinto al de Gerardo Becerra. Ese día hubo reclamos, se pelaron y desde entonces es su detractor.
Los problemas entre ambos se agravaron cuando Becerra inició una campaña para exigirle su renuncia al puesto, debido a alza de la inseguridad en la entidad. El mismo motivo por el que salió Carrillo Olea: “me trata con la punta del zapato, me levanta falsos, me desacredita, pero así es él”, dice.
Gerardo considera a Graco un hombre inteligente, pero explosivo, voluble y cambiante, “es influenciable” y sobre todo un hombre rencorosos y de “pasiones”. “Si no estás con él, estás contra él”, dice.
“Yo veía como llegaba gente a platicarle algunas cosas y él de inmediato se las creía, cuando muchas de ellas no son ciertas, y es lo que pasa en Morelos, la gente que lo asesora, no tiene ni idea de que pasa en Morelos”, dice.
Para Gerardo Becerra el problema de Morelos ya no es la seguridad solamente, sino el empleo, las finanzas públicas y la corrupción.
“Al estado de Morelos ya lo quebró Graco y dentro de poco no habrá ni para pagar las quincenas y va a ir corriendo de mandadera con el Presidente Peña Nieto a pedirle más dinero. Hemos crecido cero, estamos en franca recesión. Se habla de que trae un sobre giro de más de 1,500 millones de pesos en caja. Hay muchos proveedores que no han cobrado y lo digo con toda responsabilidad. Hay algunas dependencias que no tienen toner ni papel porque no pagan”
En cuanto a la corrupción, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2013 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 88 por ciento de la población de Morelos considera que la corrupción del gobierno estatal es muy frecuente.
“Lo mejor que le podría pasar a Morelos, es que este hombre se vaya, llego refugiado cuando tuvo problemas serios con su mentor Rafael Aguilar Talamantes, quien después de ser un aliado de Cárdenas, le da la espalda y se va con el PRI”, dice.
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La actividad de Graco Ramírez se remonta al Movimiento Estudiantil de 1968 , donde fue dirigente estudiantil e inició su carrera como político en 1978 cuando fundó el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) junto con su mentor Rafael Aguilar Talamantes y su compañero Carlos Navarrete Ruiz, al que después se incorporó Jesús Ortega Martínez, líder de la corriente perredista Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”, a la que pertenece el Gobernador de Morelos.
“Viene del frente cardenista. Es discípulo de Talamantes, como Jesús Ortega, vienen de un oportunismo terrible. Ese ha sido el comportamiento. Yo estuve en el Consejo Nacional del PRD y puedo decir, que es un tipo bastante oportunista y mafiosón: se propuso ser Gobernador de Morelos, todo lo planeó. Se fue a vivir a Cuernavaca con ese fin, se puso a trabajar, a relacionarse con la clase política, buscó a personas con poder económico, a los empresarios. Graco tiene una virtud para eso, que no tiene escrúpulos, hace alianzas con los priistas, con los panistas, con los que sean, los busca, se va a comer con ellos”, dice Telésforo Nava Vázquez, experto en el sistema político mexicano y catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Nava Vázquez asegura que conoce lo suficiente a Graco Ramírez, como para imaginarse “lo bien que la está pasando como Gobernador”.
Para Nava es el cerebro detrás de “Los Chuchos” la corriente dominante al interior del PRD y que ahora busca llevar a la presidencia del partido a Carlos Navarrete, viejo conocido de Graco.
“Él es clave para ‘Los Chuchos’, ellos se dieron a la estrategia de controlar al PRD”, asegura.
Lo mismo piensa Ignacio Suárez Huape, integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) de Morelos y militante del PRD en Morelos.
“Graco representa el verdadero rostro de ‘Los Chuchos’, un día antes de que Zambrano se fuera a Brasil a reunirse con Lula da Silva, donde allá expresó que la lucha principal del PRD era en contra de la privatización de Pemex [Petróleos Mexicanos], un día antes comieron con Graco, con el hombre del PRD que abiertamente ha llamado a votar a los legisladores perredistas por la Reforma Energética de Peña Nieto, es el más entreguista de todos y el presidente nacional no dice nada, porque la izquierda que ellos representan, es así, simuladora”, dice.
Suárez Huape califica a Graco como un hombre “extremadamente inteligente, hábil, negociador”, cuyo pago por su trabajo a favor del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, fue la gubernatura de Morelos.
El perredista va más allá: sugiere que el problema de seguridad pública que enfrenta Graco Ramírez, se debe a que “tiene un compromiso” con el crimen organizado.
“El gran problema de Graco es la seguridad pública. El tema que le está reventando es alto al secuestro. Morelos es una de las tres entidades donde hay mayor incidencia de secuestros, es grave, y no hay visos de que termine esa situación. El otro asunto más grave es el involucramiento del narco y la política. Hace un año Graco señaló que hay presidentes municipales coludimos, en el estado hay una ley que permite ir por las finanzas de los delincuentes, los secuestradores y no hay ni una sola investigación. Es increíble que un Gobernador que quiere atacar de fondo al crimen organizado, no utilice una herramienta fundamental. Aquí está hablando con un doble discurso o el señor tiene compromiso con alguna de estas gentes”, dice.
SOCIEDAD CIVIL CONTRA GRACO
Desde que la violencia estalló en Morelos, la sociedad civil organizada se volcó en una sola demanda en contra del gobernador de la entidad: solución pronta a la inseguridad de Morelos.
Organizaciones feministas, de derechos humanos, ambientalistas; el mismo Javier Sicilia, dirigente del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) se unió al llamado para exigir un paro a los secuestros, asesinatos, feminicidios y ejecuciones en la entidad. Pero Graco lejos de escucharlos y abrirse al diálogo, se cerró.
La activistas Juliana Quintanilla asegura que Graco Ramírez ni siquiera recibe a las organizaciones de la sociedad civil para escuchar lo que tienen que decir sobre feminicidios.
“En el caso de Morelos hemos identificado que de los 33 municipios, en 32 de ellos hay casos de feminicidios, en total suman 600 casos durante los últimos 13 años y el gobierno minimiza la situación”.
Por eso Ramírez Garrido es considerado un intolerante por la sociedad civil, asegura José Martínez Cruz, activista de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM).
“Es un hombre de cerrazón, autoritarismo, antidemocracia, ¿negarse realmente a establecer a un diálogo con quienes tienen una opinión distinta a la de él?, nosotros como organismo elaboramos una agenda de derechos humanos, hicimos un oficio al gobernador cuando entró a ocupar su cargo, queríamos entregarle la agenda de la sociedad civil, nunca nos recibió, no nos escuchó”, recuerda.
Recientemente Graco organizó unos foros a los que llamó “Diálogos por Morelos”, donde en lugar de dejar hablar a la sociedad civil, llevó acarreados, afirma José Martínez.
El Gobernador se rodeó de personas beneficiarias de programas sociales y de organizaciones afines, que leyeron un documento, para no permitirles hablar a otros representantes de la sociedad civil.
“Hay que tener una política de hechos, no de simulación, las organizaciones civiles han planteado desde siempre un diálogo con el gobierno, pero siempre aplica una política de cerrazón, imposición. Lo de los foros no es verdadero diálogo, es solo algo para que legitime o avale las políticas que ellos deciden”, plantea.
De acuerdo con el activista, el gobierno del estado se ha dedicado a confrontar a las organizaciones y a desacreditarlas.
EL GOBERNADOR Y LA CORRUPCIÓN
Graco Ramírez también ha sido acusado de ser un corrupto. El caso más reciente fue el de Walmart, destapado por el diario estadounidense The New York Times, reportaje que recibió el premio Pulitzer en la categoría periodismo de investigación.
Pero antes fue Carlos Ahumada Kurtz quien lo describió como “un dolor de muelas en su libro “Derecho de Réplica”.
“Graco era un dolor de muelas. Cuando lo conocí andaba de perro faldero de Rosario [Robles]”, dice Ahumada en su libro.
“Fue a Michoacán a apoyar a Lázaro [Cárdenas Batel], estaba en la campaña; estaba con Rosario y no se me despegaba, se subía a los coches en los que viajábamos Rosario y yo, en todo momento se hacía presente sin invitación. Recuerdo una ocasión en que ya estaba subido en el helicóptero donde nos íbamos a regresar a la ciudad de México Rosario y yo. Ella al verlo muy instalado le dijo de una manera brusca:»¿Qué haces aquí?» Él le respondió: «Es que quiero ir … » Rosario le contestó: «No te puedes ir porque solamente cabemos tres en el helicóptero», y en ese momento bajó a Graco, le pidió a Carlos Imaz que nos acompañara y nos regresamos los tres al DF”, narra Ahumada.
El empresario asegura en su relato que Graco Ramírez le pidió dinero en varias ocasiones, las cuales él contestó hasta que se hartó de prestarle montos, que nunca regresarían a sus manos.
Ahumada dice que el dinero que le prestó a Graco, nunca regresó. En total fueron entre 400 y 500 mil pesos: “Adicionalmente, dos o tres veces me pidió dinero: que «préstame 10 mil pesos», que «préstame 30 mil pesos», y la última vez, para poner freno a esa situación, porque sabía que no me lo pensaba pagar nunca y no quería que me siguiera pidiendo prestado, le hice firmar un recibo y le dije:»¿Cuándo me lo vas a pagar?», para que se sintiera comprometido y ya no me pidiera más. Más adelante le exigí que me devolviera los últimos 50 mil pesos y me mandó parte del dinero a mi oficina. Pero de todo lo demás que le había dado no me pagó jamás”.
En 17 de mayo de 2004, Graco Ramírez ofreció una conferencia de prensa y aceptó que le pidió 50 mil pesos prestados a Carlos Ahumada, después de que el empresario enviara una carta a periódico Reforma acusando al hoy Gobernador de pedirle dinero para “su campaña de Morelos”.
Sobre el caso Walmart, se publicó un reportaje en diciembre de 2012 en el New York Times que da cuenta de la corrupción entre funcionarios de la cadena y personajes públicos en México. Uno de los casos es el de Teotihuacán, donde se pagaron 221 mil dólares para abrir cinco tiendas.
Después de destapada la historia, en enero de 2013, legisladores estadounidenses revelaron algunos correos electrónicos probatorios de que Mike Duke, presidente ejecutivo de Walmart Stores Inc., estaba informado desde 2005 sobre la corrupción en México.
En esos correos se señala al ahora, Gobernador de Morelos y a Sergio Raúl Arroyo García, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), como los funcionarios que recibieron sobornos para que Walmart construyera sin problemas y en corto plazo sus tiendas.
El abogado Juan Francisco Torres Landa, encargado de la investigación interna de la compañía en México, dijo en uno de esos correos que según Sergio Cícero Zapata, ex abogado de Bienes Raíces de Walmart, Ramírez fue quien negoció con los directivos de la empresa.
“El contacto principal para negociar tal contribución por parte del gobierno fue el señor Graco Ramírez [congresista del PRD]”, dice el documento preparado por Torres Landa para Maritza Munich, consejera legal internacional de Walmart.
Graco negó la versión del documento de Torres Landa y emprendió una demanda en contra de sus denunciantes.
“Jamás he tenido contacto alguno con el señor Sergio Cícero Zapata, con el abogado Juan Francisco Torres Landa, personas a quienes no conozco ni tampoco con ningún funcionario que esté involucrado con la empresa Walmart, y mucho menos en esa época haya sido diputado del PRD, ni tampoco funcionario público”, dijo Graco.
El Gobernador de Morelos acusó a Cícero Zapata de afectarlo en su vida pública y solicitó una disculpa pública y una indemnización por el daño moral que le causó con sus declaraciones.
En julio del año pasado, Cícero Zapata desconoció los correos electrónicos ante un notario público.
«A inicio del presente año, fueron difundidas varias notas periodísticas, radiofónicas, televisivas y electrónicas en las que medios de comunicación –nacionales y extranjeros– afirman que el Señor Don Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, incurrió en actos de corrupción; toda nota mediática a propósito de este asunto, tiene como fuente unos supuestos correos electrónicos, que al carecer de firma electrónica, no pueden ser imputados a ninguna persona», se lee en el documento fechado el 3 de julio de 2013.